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Hace 121 días, cuando todo esto arrancó, no existía la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente fraudulenta, es importante mantener la memoria fresca en una situación tan compleja como la que hoy tenemos en Venezuela. Después de más de 30 días de protestas y casi el mismo número de asesinados por la dictadura, es que aparece en la escena una aberración inconstitucional como lo fue la Constituyente, esa que hoy se hace, sin gente a favor, pero con un CNE al servicio.

Nos hemos acostumbrado, en nuestro desespero por el final de esta pesadilla, a que queremos buscarle fecha al final y predecirlo para llenar el vacío que deja la incertidumbre. Los días previos al 16 de Julio, lo que se escuchaba y se leía en las redes era que ese era el día, que la dictadura caía. Llegó el 16, todos votamos, trabajamos y logramos un día histórico, pero, la dictadura siguió, mucho más debilitada, pero siguió.

Hubo 17 de Julio, 18 y, así sucesivamente pasaron los días siguientes, ya con un mandato importantísimo aunque lo ignoren quienes se niegan a soltar el poder. Ahora bien, llegó el 30 de Julio y una vez más, lo que rueda es que es el fin de todo, que ya no hay nada que hacer, etc… No, compañeros, ahora es que hay más cosas que hacer, porque resulta que las vidas que se han perdido y la cantidad de presos que hoy tenemos, no van a ser en vano.

El lunes, para los privilegiados, la vida continúa y, con ella, la oportunidad de seguir luchando hasta lograr el objetivo, porque mientras haya vida y tengamos la convicción firme e intacta de ser libres, es y será posible. Que digan que son millones de votos, pero ellos y nosotros sabemos que las bases de la dictadura hoy están más fracturadas que nunca, su “jugada maestra” les puede salir al revés y terminar siendo un suicidio dictatorial.

Entonces, entendiendo que la ANC es un agregado a todo esto y que incluso gracias a al desespero, fue una muy mala jugada, debemos llenarnos de esperanza y de fuerzas para seguir avanzando, porque sí, a pesar de que hoy asesinan a la Constitución y la República, no asesinan la posibilidad de ser libres en Venezuela, no asesinan el espíritu libertador de los venezolanos, y no asesinan la convicción democrática de quienes queremos un país de futuro y prosperidad para todos.

Todo se resume a dos opciones; la primera sería rendirnos y permitir que la dictadura permanezca en el poder, asesinando y encerrando a quienes no nos callamos, y la segunda, ponernos de pie y seguir avanzando hasta rescatar la democracia, restituir el orden constitucional, reconquistar la libertad y honrar a quienes han perdido sus vidas en las calles por un objetivo que, sí o sípor ellos, debemos lograr.

Creo que todos optamos por la segunda opción. No hay tiempo para pesimismos, no es momento de echar para atrás, es momento de avanzar. Es necesario cambiar la estrategia y, ¡se cambiará! Mientras exista esperanza y tengamos la posibilidad de hacer algo, vamos a hacerlo, eso que nadie lo dude.

No pensemos en el fin, por mucho que lo anhelamos. Dejemos de creer en profetas y falsos bendecidos que buscan seguidores en las redes sociales. No caigamos en rumores y cadenas si no vienen de personas confiables. No perdamos el foco de quien es el enemigo. Nadie sabe exactamente qué día será el final de la dictadura, puede que sea mañana o dentro de unas semanas, lo que si podemos saber todos, es que el final va a llegar y que ninguno de nosotros se va a rendir ante las atrocidades de un régimen que está, indudablemente, en sus días finales.

La justicia prevalecerá y el bien triunfará en el bravo pueblo venezolano. Nunca tendrán nuestra obediencia.

@KelvincastilloP