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El 20 de Junio los venezolanos nos declaramos en desobediencia civil. En un histórico acto, la unidad llamo a desconocer al régimen y a la constituyente, e invocó el artículo 350 de nuestra Constitución. Fue Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional, quien a través de un documento de 10 puntos trazara el rumbo para el rescate del orden constitucional del país.

A continuación cito los dos primeros puntos del referido documento:

“1) El actual régimen se ha puesto al margen de la Constitución y en consecuencia su autoridad y decisiones son inconstitucionales, no pueden ser reconocidas y obedecidas por nadie, de acuerdo al artículo 350 de la Constitución Nacional.”

“2) Asumimos el artículo 333 de la Carta Magna que nos obliga a restituir el orden constitucional  y como consecuencia se impone a toda la sociedad el desconocimiento del fraude constituyente, así como el nombramiento de nuevos poderes públicos y el llamado a elecciones libres para un nuevo gobierno.”

Luego de este contundente documento, el 16 de Julio casi ocho millones de venezolanos, a través de un plebiscito, dimos nuestro rechazo a la realización de de la Constituyente de Maduro, demandamos a la FAN defender la Constitución y enviamos el mandato a la Asamblea Nacional de renovar los Poderes Públicos, realizar elecciones libres y transparentes y conformar un Gobierno de Unidad Nacional.

El artículo 350 deja bien claro que “se desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o  menoscabe los derechos humanos”.

Adicionalmente, el artículo 21 de La Declaración Universal de los Derechos Humanos, establece el derecho de los pueblos a expresarse mediante elecciones autenticas, es decir, unas elecciones universales, justas y libres.

Pues bien, el pasado 31 de Julio, el CNE quedó desnudo ante el mundo y mostró su condición de violador de los derechos humanos, al perpetuar a través de unas más que evidentes elecciones ni universales, ni justas, ni libres, el más de los grotescos fraudes para imponer en Venezuela una nueva fase de la dictadura, con ésta ilegítima Asamblea Nacional Constituyente.

Por estas razones y siendo coherentes con la ruta trazada en los anuncios del 20 de Junio y el mandato que dieran los ciudadanos a la Asamblea Nacional el 16 de Julio, las fuerzas democráticas no podemos participar en ningún evento electoral organizado por este CNE ni atender ninguna decisión de una espuria Asamblea Nacional Constituyente.

Hacerlo, sería apartarnos del 350, incumpliendo los compromisos asumidos con  los ciudadanos que han perdido sus vidas, su libertad, sus propiedades, sus empleos, que han sufrido separaciones forzosas de sus familiares y que han apostado todo y confiado en la ruta ofrecida para restituir la libertad en Venezuela.

Es la hora de la coherencia, es la hora de la lealtad a nuestros más firmes principios y valores.

@JoseAVega