Cuando hablamos de luz para Venezuela, nos referimos a ese rayo de esperanza que vemos al ver a millones de venezolanos con la decisión tomada de ser ¡Libres!
Cuando observamos a una juventud que brega en las calles por sus derechos constitucionales, cuando palpamos a nuestras mujeres aguerridas en las calles batallando con sus banderas, pitos y consignas por una mejor Venezuela para sus hijos, y cuando vemos a los abuelos, movilizados para que Venezuela sea un país de futuro para sus nietos; nos percatamos que sí hay esperanza.
Esa es la luz que brilla y debe brillar aún con más fuerza, para recordar a más de 50 venezolanos, la mayoría menores de 30 años de edad, que han sido las víctimas fatales de un régimen opresor y tiránico.
La luz de la esperanza para Venezuela, se ve en la mirada de lucha de hombres y mujeres que son agentes de libertad, se siente en las acciones decididas y valientes de una sociedad que no quiere continuar en medio de la peor crisis en la historia del país.
La luz ilumina el camino que va directo hacia la libertad. Queremos ser una nación libre, con ciudadanos libres, con oportunidades y de crecimiento.
Libres para inventarnos, libres para crecer, libres para experimentar, libres para edificar el futuro que mejor nos parezca. Nada de tutelas, y menos si éstas vienen de oficinas corroídas por el salitre de los vientos habaneros.
Queremos fabricar nuestro porvenir, queremos trabajar nuestro mañana, que seamos nosotros mismos los constructores de una nueva Venezuela, donde rescatemos lo bueno y desechemos lo malo, donde creemos una realidad diferente y seamos, como nación e individuos más felices y hacedores de felicidad.
Pero, esa luz tiene que ser de toda la sociedad. La mayoría de los venezolanos tenemos que encender la antorcha de nuestra voluntad y determinación; iluminar con nuestros esfuerzos y energías la senda hacia la confección de una república civil, libre y prospera.
Recordemos que estamos en medio de la penumbra. No olvidemos que luchamos contra seres acostumbrados a la penumbra y a reinar sobre escombros y muertes; no podemos dejar de rememorar que vivimos en días aciagos, que estamos en medio de una realidad sin igual en nuestra historia, que nos enfrentamos a un contrario que no pide escrúpulos, que no lo detiene moral y que no juega bajo preceptos democráticos.
Los venezolanos estamos en la calle y tenemos que continuar allí, ese es nuestro rol. Cada uno de los ciudadanos de esta nación, debemos ser faroles de manifestación pacífica, que ilumine el camino que destelle el deseo inquebrantable de una nación de ser nuevamente libre y liberadora de cadenas.
Como ciudadano, como dirigente de un partido que profesa los valores de la libertad, hago mis más profundos votos, para que unidos, logremos expandir la luz del porvenir y apartar de nuestra nación la oscuridad que por 18 años ha teñido de sombras a nuestra república.
@wcaballerolopez