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El activismo de calle se convirtió en pilar fundamental de lucha contra la dictadura en Venezuela, ya que rompía el cerco comunicacional que pretende callar las voces que exigen sus derechos y un mejor manejo del Estado.

En los últimos 3 años, numerosas concentraciones de personas con pancartas, banderas y consignas fueron llamando la atención de periodistas internacionales, un mensaje de que Venezuela no es el país descrito por el régimen de Maduro. Ya no solo son las redes sociales que expresan su descontento por sus políticas socialistas y criminales que atentan contra la vida del venezolano. La calle enviaba constantes mensajes al mundo, no se trata de un sector político enfrentando a otro, se trata del pueblo luchando por su futuro.

Todos juntos, jóvenes, adultos, ancianos, incluso niños, manifiestan con firmeza su descontento, y esto se convirtió en un acto de rebeldía heroica sumamente difícil de ocultar, puesto que las calles son tomadas por ciudadanos que exigen libertad con un profundo amor por su país. El régimen implementó la represión para callar a cientos (pero miles se sumaban). La presión de calle obtuvo una gran victoria cuando Luis Almagro, secretario general de la OEA presentó informes contundentes sobre la crisis en Venezuela. Ya no es el dimes y diretes entre régimen y oposición,

ya no son comentarios por redes sociales, se convirtió en una parte importante de la información al darle el uso correcto, la calle desnuda por completo al régimen de Maduro que pretendía vestirse de demócrata.

La calle fue una voz clamando justicia en los pasillos de la OEA y en todas las reuniones del Mercosur, la calle demostró que se lucha para recuperar un país que ya no produce, un país rico en petróleo que importa gasolina, un país donde familias son separadas debido a la hambruna, falta de medicinas y por la inseguridad desbordada, en Venezuela lamentamos que muchos tengan por dicho al salir de sus casas, sabemos cuándo salimos, pero no sabemos si regresamos, la calle acorraló al dictador a tal punto que la comunidad internacional hoy por hoy tiene los ojos puestos en Venezuela.

Hace pocas semanas, ocurrió lo inesperado, se realizaron elecciones donde solo se beneficia la dictadura y no al ciudadano, esto generó molestia entre los ciudadanos que luchan con un objetivo firme y es la salida de la dictadura del poder, no para cohabitar con ella, hoy las calles están solas y esto da un respiro a la dictadura, y esto nos permite preguntar, ¿por qué la calle se ha apagado cuando el dictador estaba contra las cuerdas? Se ganó un terreno el cual no se capitalizó, se debía seguir presionando y no ceder, en abril nos declaramos en 350 pero hoy se baila al ritmo del régimen que colocan canciones de democracia.

Debemos retomar la calle, con un único objetivo, libertad para Venezuela, no por partes, no por acuerdos para convivir con criminales, se debe retomar la calle para iniciar la reconstrucción de Venezuela, la que está llena de paz, oportunidades, calidad, una Venezuela donde cada día sea mejor y más productiva.

 

Daniel Montoya (@danielbns84)

Coordinador Activismo de Vente Venezuela en Barinas