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«La legitimidad se desarrolla cuando la sociedad tiene credibilidad en las instituciones y acciones del Estado. Cuando un gobierno se ve necesitado apelar a la manipulación, el amedrentamiento y la amenaza, a la violencia, el miedo, el fraude, etc. para lograr sus fines, entonces el Estado ha perdido legitimidad.» Vanessa Sánchez

Es un error querer torcer la voluntad de los ciudadanos manipulando sus intenciones en los pasados comicios del 8D. Sabemos que el voto no elige sino donde los que controlan el sistema electoral nos lo permiten, o donde algunos exigimos con coraje condiciones para que el voto verdaderamente elija, pero en definitiva ninguno quiere renunciar al derecho que significa votar.

Por eso es que aunque votemos no le entregamos legitimidad a Maduro, porque sabemos que las instituciones y acciones del Estado están corrompidas y recurren al fraude y la coacción para lograr sus objetivos. Aceptar que Maduro es legitimo porque el 8D votaron la mayoría de los venezolanos es caer en el discurso y el propio juego de este régimen, que necesita desesperadamente sentirse legitimo. Votar o no votar no cambiará el hecho de que el 14 de abril de 2013 Maduro se robó las elecciones en complicidad con instituciones completamente sumisas a este régimen totalitario.

La fuente primaria de legitimidad es la sociedad, pero es un error querer tergiversarlo y decir que es el voto. Es la sociedad, su aceptación de las leyes, la obediencia civil, la aceptación moral (y no necesariamente legal) de las acciones e instituciones del Estado, y no el voto lo que le da legitimidad a un gobierno. Si, es cierto que en situaciones democráticas el voto es una expresión de la voluntad de la sociedad, y sirve para entregar en gran parte legitimidad a un gobierno, pero en regímenes totalitarios como el que vivimos desde hace tiempo en Venezuela esa voluntad es muchas veces torcida mediante el fraude y la coacción hacia un resultado único, entonces ante la duda es la propia voluntad de los ciudadanos y no el voto lo que da legitimidad. Un gobierno es legitimo no porque una institución (por cierto, miembro del propio gobierno como el CNE) así lo decrete, sino porque nosotros como ciudadanos lo aceptamos.

De allí la necesidad de repetir a cada momento desde el régimen y desde algunos sectores de la MUD que han caído en el juego de ellos, que Maduro es legitimo porque participamos en unas elecciones con el mismo CNE. Confiamos en el voto, en la institución que representa el voto, pero no confiamos en el CNE ni en las instituciones ilegitimas que son cómplices de la debacle que vive nuestro país.

Para finalizar, es importante mencionar que el voto es necesario, pues debemos luchar cada espacio político, pero no es suficiente, porque cuando el voto es vulnerado, queda la resistencia activa como medio de protesta pacífica.

«Uno es pequeño frente al estado pero cuando la sociedad en su conjunto se une en una sola voz su fuerza es más fuerte que la de mil cadenas del Estado.»