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Muchas veces, hay una sola opción. Hoy, la de Venezuela es luchar

Decir las cosas cuando no son populares no siempre es fácil, más aún en sociedades como las nuestras, en las que muchas veces una mentira popular es mejor recibida que una verdad. Con esa misma lógica es con la que elegimos a nuestros gobernantes: apoyamos a quienes nos dicen lo que queremos escuchar y no a quienes describen la realidad. Los escogemos porque nos gusta que nos mientan y después, cuando llegan al poder, nos quejamos porque lo siguen haciendo.

No podemos lavarnos las manos. En parte, hoy vivimos las consecuencias de nuestros propios errores y si no somos capaces de reconocerlos, más temprano que tarde los volveremos a cometer. Al final del día, son pocos los que le sacan provecho a este desastre, pero son muchos más los que se hacen cómplices de que ocurra.

Pero dentro de este mar de irresponsable populismo que baña incluso a las orillas opositoras, encontramos algunas voces que desde hace tiempo llaman a las cosas por su nombre. Al principio, como es lógico por ser las menos, sus adversarios y el status quo busca descalificarlas como “radicales”, pero esas voces tienen una gran virtud por sobre muchas otras: no se rinden.

Entre ellas, una de las que con más fuerza y credibilidad se ha escuchado es la de María Corina Machado. Eso lo saben quienes pretenden callarla y por eso les preocupa tanto. Porque lo que alguna vez calificaron como “locuras”, hoy son hechos imposibles de negar incluso para el más escéptico, porque la realidad nos ha llevado por delante.

María Corina no está sola en su lucha. La acompañan millones de venezolanos valientes y decentes que no se resignan a perder su país y que comparten los mismos valores. Muchos aún tienen miedo, es comprensible. Sin embargo, el miedo está hecho para vencerlo. No existe fuerza más poderosa que la de la verdad, y es por eso que aunque el adversario parezca invencible, no logra contenerla.

Muchas veces, hay una sola opción. Hoy, la de Venezuela es luchar. María Corina dio ejemplo de ello la semana pasada, cuando rodeada de ciudadanos y armada únicamente con la verdad, dio la cara ante acusaciones de un gobierno todopoderoso que si no fueran trágicas, serían cómicas.

Este acto lleno de coraje pero, sobre todo, de convicción y coherencia democrática, es un paso más hacia la reconquista de la libertad y la reconciliación nacional.

No queda la menor duda de que así será, porque además de decente, Venezuela es valiente.

Miguel Velarde
@MiguelVelarde