Skip to main content
immediate bitwave Library z-library project books on singlelogin official

Recientemente, acompañamos a María Corina Machado en una visita realizada al estado Mérida que, en atención a la invitación formulada por los médicos del Hospital de la Universidad de Los Andes (HULA), nos permitió constatar una situación extremadamente dolorosa: por ejemplo, más de 160 neonatos han fallecido en el curso del presente año, gracias a la criminal indiferencia de un régimen que invierte un inmenso dineral en armas y municiones, mas no en los insumos indispensables para atender a la población. Antes, pocas personas de avanzada edad intentaron agredirla en el aeropuerto de El Vigia que, al atajarlas, fueron protegidas por la Guardia Nacional, pues,  los efectivos muy bien las alertaron que una caída accidental sería peligrosa, respondiendo a las amenazas de denunciarlos al comando, previa y aparatosamente fotografiados.

Apenas, al entrar al centro médico-asistencial, el grupúsculo oficialista pretendió impedirle el paso a María Corina y a sus acompañantes, en un forcejeo infinito y, con empujones y golpes, el piquete agresor no reparó en los indignados pacientes y sus familiares que tendieron a protegernos. La propaganda oficialista presentó la entrada como la salida, presumiendo que fue expulsada a empujones, al igual que delatándose en una escena que los venezolanos no nos merecemos, aunque el recorrido se hizo completamente, añadidas la voluntad de atestiguar todo y la rueda de prensa que concluyó en la cobarde agresión a la líder de Vente, las periodistas María Virginia Velásquez y Claudia Macero, la dirigente Ana Labrador, incluyendo a más de 30 médicos heridos en la lamentable refriega.

Sobran los testimonios digitales sobre el suceso, pero deseamos resaltar que, entrevistada una de las promotoras de la agresión,  nada dijo del lento genocidio – ¿por qué no lo es? – con sede en todos nuestros hospitales públicos, repletos de carencias, precariedades y desidias, aduciendo que María Corina y Chuo Torrealba deben estar presos, desean tumbar al gobierno, hay una conspiración de los países miembros de la OTAN.  No es mucha la diferencia respecto a la canciller Rodríguez que, riéndose de nuestras  desgracias, aseguró en el exterior que tenemos suficientes alimentos para mantener a tres países equivalentes al nuestro. Sin embargo, hay un detalle en nada insignificante.

Los revoltosos del absurdo que clavan sus desesperadas garras en los centros asistenciales, custodiándolos con el celo de un fanatismo atrabiliario, conformando una suerte de comité de defensa de la revolución, en el HULA que recibe y no despacha ambulancias, integran una nómina relacionadas con ellas, por lo que – teniendo por oficio el ocio – justifican sus ingresos por la violencia empleada con absoluto olvido del drama pediátrico – por no citar los otros – al que deliberadamente contribuyen. La supervivencia los obliga, como lo evidenció el director del hospital, en unas declaraciones a “Pico Bolívar”, quien tuvo la osadía de afirmar que la banda de violentos de la derecha acompañó a Machado, omitiendo – por supuesto – los motivos reales de la visita.

Al día siguiente, el personal médico nos acompañó corajudamente en una rueda de prensa en la que detalló el suceso y, lo más importante, denunció las condiciones del HULA y de todo su personal, impotente ante la pérdida de vidas humanas. Estuvimos en los exitosos eventos realizados en el auditorio de la Facultad de Derecho de la ULA,  las asambleas ciudadanas de calle realizadas en Ejido y Lagunillas, los actos de Vente en Tabay y Mérida, pero lo más impactante fue y seguirá siendo el fallecimientos de niños que no tuvieron ocasión siquiera de ver el rostro y sentirse en el regazo de sus madres.

@LuisBarraganJ