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Uno supone que un gobierno de corte autoritario, con claras tendencias totalitarias, siempre perseguirá a la disidencia en el ámbito que sea. Uno se prepara para luchar contra eso en todo plano y en todo momento. Lo preocupante es cuando uno ve, desde el lado que se supone que lucha, cosas similares que nos hacen pensar para quién juegan algunos actores.

Puntualmente me referiré al caso de la diputada María Corina Machado. En primer lugar, le llamo diputada porque decirle de otra manera, significa aceptar y avalar el atropello y la arbitrariedad de lo que fue su expulsión ilegal de la Asamblea Nacional por parte de quien no tiene la potestad de hacerlo, pero que abusa de su poder manejando todo a su antojo como si fuera un cuartel. En segundo lugar, porque si alguien tiene un expediente de persecución, desde el primer momento, es ella: insultos, ofensas, amenazas, revisión exhaustiva de sus cosas personales al punto de la obsesión, golpizas con fractura de cara inclusive, falsas imputaciones por intento de magnicidio y golpe de Estado, en fin. Cualquiera diría que todo lo que han hecho contra ella es la más clara evidencia de enseñamiento cuando la verdad duele.

Desde el primer día, María Corina ha sido coherente: que siempre hemos sido mayoría, denunciar la injerencia cubana en todos los ámbitos del país, decir expropiar es robar en la cara del padre del monstruo de la criatura llamada Socialismo del Siglo XXI, defender la soberanía y la integridad en el Esequibo, defender el rol institucional de las Fuerzas Armadas, revelar la corrupción y el manejo oscuro de nuestros ingresos, alertar sobre la existencia de mafias que ejercen el poder, alertar sobre una crisis humanitaria, llamar a esto dictadura y, en última instancia, referirse a la necesidad de una transición en paz, que garantice los acuerdos mínimos y las medidas urgentes, de emergencia, para empezar a transformar a Venezuela. Eso sin hablar de su récord de asistencias a la Asamblea Nacional y su proyección internacional en pro de la búsqueda de apoyo de miles de parlamentarios, políticos y personalidades del mundo.

Por si fuera poco, la Contraloría General de la República (CGR) decide inhabilitarla administrativamente por doce (12) meses con la nefasta y poco creíble razón de que Machado no declaró unos cestatickets, los cuales nunca cobró durante su asistencia al Palacio Federal Legislativo ya que el bono de alimentación que afirman que no declaró, es parte del sueldo integral. Lo bizarro y arbitrario, además de reflejar la obsesión sobre alguien que ha declarado hasta el bolígrafo con el que escribe a diario, es que el Consejo Nacional Electoral (CNE) haya procedido a afirmar que María Corina, al ser inhabilitada administrativamente para “ejercer cargos públicos”, no puede postularse a las próximas elecciones parlamentarias del 6 de diciembre, cuando no es menos cierto que sus derechos políticos están intactos y una sanción de ese tipo le permitiría asumir la curul una vez transcurrido el período de la sanción.

Nuevamente lo repetiré: uno espera este tipo de comportamientos de un régimen que tiene como propósito la humillación, la sumisión y la persecución de todo lo que refleje un ápice de diferencia con ellos. Lo verdaderamente preocupante es que incluso en el seno de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) se reflejen actitudes simulares, casi al punto de avalar la inhabilitación de María Corina y, rápidamente, buscando sustitutos como si esto se tratara de una parcela de poder y no de una lucha por cambiar al país frente al abuso imparable.

Que los compañeros de la  MUD, de lo cual insistentemente he afirmado que no son la Unidad, pues la Unidad trasciende ese espacio de articulación política, hayan optado por ponerle una barrera a Machado, prácticamente oponiéndose a que se inscriba y ejerza su derecho político, revela al menos tres cosas:

  1. Si estamos en contra de las inhabilitaciones y consideramos que son ilegales y arbitrarias, lo primero es oponernos a ellas. Oponerse pasa por hacer resistencia, por luchar hasta el último día para que esa postulación tenga lugar, pues no hay nada que lo impida salvo el capricho del gobierno. ¿Cómo es que sin siquiera luchar, ya la MUD habla de la existencia de un sustituto de Machado cuando ella misma ha afirmado que va a dar la lucha por ser la candidata de su circuito y que, en caso de que se lo impidan, será ella quien anuncie su reemplazo? ¿Puede su circuito dudar de su intachable labor? ¿Por qué el afán contra ella? ¿A qué le temen? Como lo dije hace tiempo: A esa mujer le temen porque el temor no existe en ella.
  2. Si María Corina Machado es parte de la MUD, a través de Vente Venezuela, su organización política, cuya existencia legal ha sido negada por el CNE y el régimen, claramente es a esa organización la que le compete la designación de un eventual sustituto de Machado e, inclusive, de pelear por su candidatura. ¿Cómo es que la MUD desconoce esto? ¿Es que Vente Venezuela, además de ser desconocido por la dictadura, también es desconocido por la propia oposición? ¿Permitiría algún partido grande y hegemónico de la MUD que sea esa instancia la que decida una candidatura por inhabilitación en lugar de su partido?
  3. ¿Cómo es que van a decir que con la nueva Asamblea Nacional van a habilitar a todos los que han sido víctimas de esta arbitrariedad? ¿Cómo es que se pospone la lucha para un futuro incierto, cuando el país está exigiendo la lucha en estos momentos, frente al abuso de los que se usurpan el poder y se creen dueños del país y cuando ya Venezuela no aguanta más? ¿Cuándo la MUD entenderá que esto es una lucha existencial, tal como lo dice Machado, y que como tal, significa luchar frente a un modelo dictatorial?

Todas estas inquietudes e interrogantes evidencian que la MUD está secuestrada por dos o tres partidos políticos que, en medio de su miopía política y de su ambición por defender las parcelas de poder que el régimen les dé como si fueran migajas, están dando la espalda a un país que está clamando un cambio real, no un cambio en nombre de cosas que sólo significan un cambio de color pero no de tragedia. No han entendido que a lo único que contribuyen es a fomentar una oposición cohabitante, legitimadora y, peor aún, que suscribe un pacto de gobernabilidad de facto, creando así una oposición que no quiere recuperar el poder para transformar al país, sino ser oposición para siempre porque se beneficia de ello.

La MUD en los últimos meses ha tenido oportunidades históricas para reivindicarse con la mayoría del país. No obstante, ha preferido darle la espalda al país, dejarse secuestrar y dar una mala señal. Inhabilitaciones, negación de observación internacional, decisiones judiciales contra partidos, y así un sinfín de cosas que deberían replantear el juego opositor de cara a unas elecciones que prometen ser las más fraudulentas de nuestra historia, son negadas bajo el argumento de que “la votación masiva es suficiente”. ¿Y los centros de votación en, por ejemplo, edificios de la Gran Misión Vivienda? ¿Cómo vigilaremos el voto allí? Así como esas, hay miles de preguntas que merecen ser respondidas más allá de un argumento simplón como el del voto masivo.

Lo más preocupante es que la ausencia de solidaridad en una instancia que debería articular las visiones distintas de quienes hacen vida en la Unidad, en función de un objetivo común, más no de imponer visiones de unos pocos que se creen sus dueños, es la más clara evidencia de que se están comportando como el régimen. Unidad no es una unanimidad, democracia es disenso y diferencia. Si queremos cambiar al país, actuemos en consecuencia y actuemos, en palabras de María Corina Machado, como la mayoría que somos.

Si seguimos pensando en apoyar las arbitrariedades, si seguimos dando tímidas declaraciones a los medios sin verdaderamente darle  coherencia a nuestra lucha, si continuamos permitiendo que el régimen avance en aniquilar todo, mientras las visiones opositoras se matan entre sí para bajarle la cabeza a liderazgos potenciales, no estaremos haciendo nada distinto a lo que la dictadura se propone. Con el tema de María Corina, y el resto de las inhabilitaciones, la MUD tiene la oportunidad de ponerse a la altura del país y no de grupejos que pretenden truncar el avance de liderazgos nacionales. De lo contrario, sólo estarían evidenciando una cosa, de lado y lado: esa es la inhabilitación que todos quieren.

Twitter: @Urruchurtu