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Jesús era un tipo normal, que convivía como un hombre más; cumplió con sus objetivos de vida y fue hasta entonces que fue reconocido y adorado por una inmensa cantidad de seguidores. Sin embargo, nos equivocamos en algo, estamos esperando a otro Jesucristo, otro mesías que se sacrifique por nosotros y nos saque las patas del barro tan profundo en el que estamos metidos.

Actualmente sentimos que si ha de llegar un mesías, este sería un político a quien colocaremos en el poder para que pueda salvarnos la vida. Estamos mal acostumbrados a ver a los políticos/gobernantes como seres intocables e inalcanzables, que  solucionarán todos nuestros problemas, lo que a la vez genera un sentimiento de fanatismo en sus seguidores, y particularmente considero este hecho un error fatal. En realidad, la solución está en cada uno de nosotros, nos guste o no, está en nuestras propias manos resolver los problemas que hemos creado, aunque haya sido de manera inconsciente. Es nuestra la responsabilidad de solucionar, así sea aportando un granito de arena en las comunidades en que hacemos vida; los problemas por los que estamos atravesando los venezolanos vienen desde la raíz, desde el hogar.

Las nuevas generaciones tienen que ser mejores que las anteriores y en nuestro caso no está siendo así. Hay que volver a cosechar esa buena semilla en los hogares para que empecemos de a poco con la reconstrucción de Venezuela y en eso nada tienen que ver los políticos que solemos tener tan sobrevalorados y que adoramos cual estrellas hollywoodenses.

Los políticos son personas comunes, con necesidades comunes, son padres e hijos, con familias que los apoyan y con preocupaciones y errores al igual que tú y que yo, por lo que es un tremendo error esperar por el próximo mesías para que nos salve de tanto desastre y miseria en la que hemos caído, guiados por quienes se hacen llamar políticos, pero que sólo son unos ladrones sinvergüenza a los que les interesa únicamente su propio bienestar, sin importar el daño hacia los otros.

Debemos hacernos cargo de nuestras propias acciones y finalizar con el paternalismo al que el gobierno nos tiene acostumbrados desde hace décadas, asumiendo nuestras responsabilidades, porque al final, la única verdad es que el cambio está en todos, en la persona que escribe este artículo y en quien lo lee.

@troyagaa