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Ser libre es un arte. Lo es porque, a pesar de que nuestra generación creyó que era una condición heredada al nacer, serlo demanda un gran esfuerzo y mucha valentía. Hoy, cuando tantas garantías y derechos ciudadanos nos han sido arrebatados, recién nos percatamos de que no debimos nunca asumir que los teníamos asegurados. La libertad se gana día a día y se cuida con la vida.

La Unidad es también un arte. Es, además, un valor indispensable no solamente para la salida de la crisis que hoy vivimos, sino también para la posterior reconstrucción del país. Sin embargo, es fundamental darnos cuenta que la Unidad no le pertenece a nadie más que a cada uno de los venezolanos honestos y luchadores que están en las calles del país buscando rescatar su futuro.

Por eso, es inaceptable que a casi dos meses de iniciadas las protestas, mientras los estudiantes son brutalmente reprimidos, la Iglesia asume posiciones firmes, Leopoldo López está preso y María Corina Machado es perseguida, otros liderazgos políticos todavía estén leyendo encuestas y un sector de la MUD esté negociando migajas con el gobierno.

Resulta imposible comprender como algunos actores políticos y sus partidos pueden dedicar su tiempo a hacer cálculos electorales para mantenerse vigentes en lugar de apoyar a esos venezolanos que están apostando todo por el país. Los estudiantes están demostrando lo que en verdad significa “dejar el pellejo” por Venezuela y ante una represión como la que enfrentamos, la indiferencia no es más que complicidad.

En su momento, debido a su clara victoria en las elecciones primarias de 2012, todos apoyamos al candidato elegido sin titubeos. Hoy, la Unidad está en la calle, y es responsabilidad de todos apoyarla ahí y a quienes la lideran: los estudiantes y la sociedad civil.

Vivimos tiempos tan difíciles que demandan mucho coraje. El que priorice sus proyectos personales sobre los intereses nacionales, no solamente pone a la Unidad en riesgo, sino también a la libertad de millones de venezolanos que dijeron basta y decidieron luchar por su futuro.

La fuerza de la razón le pasará por encima a cualquiera que no esté del lado correcto de la historia. El destino de Venezuela ya está escrito con letras de dignidad y Unidad.

El camino a la libertad es irreversible. (Guayoyoenletras.com)

@MiguelVelarde