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Las decisiones de la Contraloría General de la República de inhabilitar a María Corina Machado, Pablo Pérez, Enzo Scarano y otros, es una medida que demuestra la intolerancia de un régimen que desprecia el derecho de otros a ser representantes de los ciudadanos.

El egoísmo autoritario del madurismo es un síntoma de la real enfermedad que está carcomiendo el cuerpo de un sistema basado en la hostigamiento y la agresión, el miedo.

Las inhabilitaciones que se han aplicado en los últimos días claramente una estrategia gubernamental producida por el miedo existente en las altas cúpulas del Estado.

Nicolás Maduro conoce el liderazgo de María Corina en toda la geografía nacional, sabe muy bien la fuerza de Pablo Pérez en el Zulia, de Enzo Scarano en Carabobo y de César Pérez Vivas en el Táchira, por esta razón actúa desmedidamente violentando los derechos políticos de estos dirigentes y los derechos constitucionales de los ciudadanos de elegir a quienes deseen como sus representantes.

Las encuestas dicen que el madurismo perderá la mayoría en la Asamblea Nacional, los números indican que los ciudadanos responsabilizan al Presidente, su partido y su Gobierno de la catástrofe económica y social que se vive cada día en nuestra nación.

Y en la calle, el día a día en los mercados, en las unidades de transporte público, en los bancos se demuestra ese malestar que señalan los estudios de opinión.

En la calle se escucha un eco que evidencia la rabia colectiva de los venezolanos por la crisis económica que se padece en el país.

Todo esto es sabido en Miraflores, por esa razón aplican el procedimiento de huir hacia adelante, debido a que la realidad en la sociedad es plenamente negativa para ellos.

Las inhabilitaciones, los rumores de que no aceptarían un resultado adverso, la frase de Nicolás Maduro de que “si la derecha gana la Asamblea Nacional, yo seré el primero que tomaré las calles”, son estrategias que buscan desmovilizar y desmotivar a la mayoría de los venezolanos que están decididos a castigar a través del voto a los culpables de la crisis.

Todo esto son las características de ese temor que crece en el alma de los gobernantes actuales, que se saben derrotados desde ya.

Invito a los venezolanos a no caer en el juego de la intimidación de un régimen que se encuentra moribundo y lanza sus últimas “patadas de ahogado”.

Las inhabilitaciones en vez de desmotivarnos o asustarnos debe darnos el valor y la fuerza de salir a las calles a votar este seis de diciembre y así derrotar voto a voto a un modelo político y económico que ha condenado a los venezolanos a vivir en la más profunda de la miserias.

¡Ellos tienen miedo por eso actúan desesperadamente!

Twitter:  @KarensRojasm