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En estos últimos años se ha impuesto en Venezuela lo vulgar

Después de tantos años de insensatez, es difícil recordar el último día “normal” que ha vivido Venezuela. Cada jornada nos trae algo más irracional que lo anterior. Nada de esto es casual, es consecuencia de un modelo que necesita de lo absurdo para justificar su fracaso e inventarle una explicación a lo que no la tiene. Estamos atrapados en una maraña de mediocridad y barbarie.

Uno de los ejemplos más recientes fue la vergonzosa agresión de la que fueron víctimas los senadores brasileños que eran parte de una Comitiva Oficial de visita en el país para constatar la situación de los derechos humanos. Entre ellos se encontraba Aecio Neves, excandidato presidencial y líder opositor de ese país, acompañado por otros cinco senadores en lo que ellos calificaron como una misión “política y humanitaria”.

Los parlamentarios tuvieron que abortar dos veces la misión porque se encontraron con una carretera bloqueada que les impidió llegar a Caracas. En el camino sufrieron el acoso de manifestantes chavistas que los insultaron y arrojaron piedras al bus en el que se trasladaban. Horas después de tal humillación, los políticos no tuvieron otra opción que regresar al aeropuerto para tomar el avión que los llevó de vuelta a Brasil.

Antes de partir, el senador Neves dijo: «Estamos haciendo lo que el Gobierno brasileño debería haber hecho hace mucho tiempo: defender las libertades, la democracia, la liberación de los presos políticos y la celebración de elecciones libres en Venezuela”. Al llegar a Brasilia, Neves también aseguró que fueron recibidos “por la intolerancia de un régimen que no admite posiciones contrarias. Si había alguna duda de que hay una escalada autoritaria en ese país, esa duda ya no existe”.

En estos últimos años se ha impuesto en Venezuela lo irracional, lo ilógico y lo vulgar. Si bien es cierto que los promotores de esto son los mismos que buscan mantenerse en el poder a través del caos que generan, también es verdad que muchos ciudadanos se han vuelto cómplices de un Estado casi anárquico porque sacan algún provecho de él, sin darse cuenta que si perdemos la República, lo perdemos todo.

El gran reto que tenemos como país es recuperar la normalidad y la decencia.

No podemos resignarnos al sinsentido.

Twitter: @MiguelVelarde