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En los últimos días, me he tropezado con esta frase demasiadas veces como para pensar que es casualidad. La primera vez, la utilicé yo misma, buscando, en una actividad de formación con un grupo de jóvenes líderes de Vente Venezuela, algunos sinónimos de la palabra rastro.

Luego, me encontré con esa misma expresión en el texto de las cartas de despedida que la profesora de Historia del Arte Katherine Watson dejó cuando se retiró de la tradicional y conservadora Universidad de Wellesley, en la película La sonrisa de la Mona Lisa.

No hay que ser un especialista para entender lo que esa frase significa. Y al verla en el contexto del difícil trabajo que se planteó la profesora Watson en Wellesley, me di cuenta de lo importante que es hablar de ello, hoy, cuando nuestro país ha estado –como el resto del mundo- en una extraña pausa deportiva, pero sin que las dificultades y conflictos producto de la dura crisis que vivimos, bajen su intensidad, sino al contrario.

La dificultad radica en comprender -y actuar en consecuencia- cómo es el rastro que queremos dejar tras nuestro paso. De eso se trata, de entender que cada decisión –hasta no tomar ninguna- cada paso, cada acción que llevamos adelante a diario, lleva consigo una consecuencia, y por ende, deja un rastro. Hay rastros que impactan a lo íntimo de nuestras vidas, y de los que solamente nuestro corazón está al tanto. Pero también, como somos individuos sociales, estamos rodeados de otras personas, por lo que nuestro rastro con certeza tendrá impacto en ellos, aunque no lo hayamos planificado conscientemente así.

Nuestros jóvenes líderes de Vente Venezuela han comprendido el significado de esta reflexión, y por ello estamos convencidos de que nos espera un gran futuro en el movimiento a través de su acción y de su compromiso en la lucha por rescatar la libertad y la democracia en nuestro país.

Pero Venezuela no puede esperar mucho más. Aunque estemos seguros de que nuestro futuro, a través del compromiso, la entrega y la dedicación de nuestra juventud, será maravilloso, la realidad es que no podemos perder ni un segundo, tenemos que seguir luchando a diario desde ya, junto a ellos, hasta conquistar la libertad.

En ese sentido, tenemos frente a nosotros una gran oportunidad: la articulación de todos los sectores de la sociedad para luchar juntos por un #FuturoParaTodos, a través de la organización del Congreso Ciudadano. Es la ocasión de integrar, a quienes nos hemos encontrado en la calle en estos meses, en cada rincón del país, en cada sector de la vida cotidiana venezolana. Todo aquel que sueña con una Venezuela donde el único imperio sea el de la ley y el estado de derecho, donde la LIBERTAD, el respeto de la propiedad privada, la justicia y la solidaridad marquen el desempeño de cada uno, tienen cabida en este Congreso.

Y en esta tarea, nuestros jóvenes son esenciales. Ellos, junto al movimiento estudiantil, y desde sus entrañas, formaron y forman parte medular de toda esta lucha. Aun los más jóvenes, que no han conocido otro régimen que el actual, han entendido que su futuro está ligado íntimamente al futuro de Venezuela, por lo que su libertad solamente será posible con la libertad de nuestro país. Ese es nuestro reto, nuestra tarea, el rastro que le dejaremos a las nuevas generaciones. Por eso, lo que corresponde es #LucharHastaVencer.


[1] Con mucho cariño, dedicado a mis hijos, y a los jóvenes del #Proyecto50

Catalina Ramos

@Caramos61