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EN ESTAS HORAS, MI MENSAJE A TODOS LOS VENEZOLANOS:

El día de ayer, con la desaparición física de Hugo Chávez se produce el fin de una etapa en la historia de Venezuela. Hoy tenemos el compromiso ineludible de procesar las vivencias de estos años y convertirlas en profundos aprendizajes para llevar a cabo la necesaria transformación de nuestro país. En estos tiempos de transición e incertidumbre que nos toca vivir, resulta primordial afianzarnos en los valores fundamentales que han sido nuestra guía como nación.

Los venezolanos somos personas compasivas y solidarias, como lo estamos demostrando en estas horas; al extender nuestra generosidad y comprensión a muchos conciudadanos que hoy sienten confusión y genuino dolor. Muy en especial, hemos transmitido nuestras condolencias a los hijos, a la familia y a los seguidores de Hugo Chávez.

En estos últimos 14 años se han despertado muchas aspiraciones colectivas y hemos madurado enormemente en entender nuestra responsabilidad compartida en salvaguardar la democracia y la libertad. Pero más allá del orgullo por la evolución en la dimensión ciudadana; estas horas también nos invitan a la introspección y a la revisión de los factores que han propiciado que las diferencias entre los venezolanos se hayan profundizado, alcanzando niveles sin precedentes en nuestra historia contemporánea. Así mismo, las prácticas personalistas han copado nuestros espacios de convivencia, permeando inclusive los rincones más sagrados de la vida republicana.

Los venezolanos valoramos la verdad y la honestidad. Sin distingo de colores políticos, edades o clases sociales anhelamos vivir en una sociedad donde impere la justicia como norma de nuestro proceder, la unión familiar y el respeto a nuestros valores escenciales. La sociedad venezolana ha dado evidencias de su convicción democrática y hoy requiere que quienes asumimos responsabilidades públicas actuemos con estricto apego a estos valores. En estas horas difíciles, nuestro país exige un liderazgo a la altura de sus ciudadanos, capaz de representar con responsabilidad, valentía y claridad las aspiraciones colectivas.

Para garantizar una senda de paz, unión y libertad, debemos reconstruir la confianza hacia nuestras instituciones y entre nosotros mismos. Lo anterior exige un estricto cumplimiento de nuestra Carta Magna. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece el procedimiento a seguir en el caso de una ausencia absoluta del Presidente de la República antes de tomar juramento para un nuevo período. Según el artículo 233, la presidencia interina debe ser asumida por el Presidente de la Asamblea Nacional hasta tanto tome posesión el nuevo presidente, como resultado del proceso electoral que debe llevarse a cabo dentro de los treinta días consecutivos siguientes.

Ante la inminencia de nuevas elecciones presidenciales, es indispensable crear la confianza en el voto como expresión de la voluntad soberana. Ello requiere un proceso transparente, limpio y justo. Es tarea de todos: ciudadanía y dirigencia asumir sin descanso el compromiso de hacer lo necesario para que tengamos elecciones democráticas.

La encrucijada histórica por la cual atravesamos exige demostraciones concretas de que somos todos los venezolanos quienes merecemos respeto y compasión. En razón de lo anterior deben producirse acciones que evidencien el carácter democrático de nuestras instituciones: la libertad de los presos políticos, el cese de la criminalización de la disidencia política y la persecución judicial, el regreso de los exiliados  la garantía a la vida y la dignidad de los privados de libertad, el respeto de la libertad de expresión y a la labor de todos los periodistas  el comportamiento institucional de las Fuerzas Armadas y el rescate de nuestra soberanía. Todo esto debe ocurrir en un ambiente de respeto y reconocimiento mutuo entre todos los ciudadanos y muy especialmente entre quienes ejercemos responsabilidades al frente de los Poderes Públicos.

María Corina Machado