Debido a una errada percepción y concepción en el proceso enseñanza-aprendizaje, asunto que en algunos casos se arrastra desde que se cursa el bachillerato hasta los niveles más avanzados, se asume con cierto desprecio y rechazo aspectos teóricos conceptuales de un determinado saber, pronunciando con desdén expresiones como: «eso es pura teoría», para no citar aquí la grotesca expresión popular que probablemente esté pasando por la cabeza de quien esto lee. Craso error al considerar que el conocimiento plasmado en los tratados o trabajos de investigación debidamente concebidos en el marco de la metodología científica apropiada, son objeto del examen correspondiente por parte de los profesionales del área quienes luego de verificar la validación de dicho contenido, en tanto que proyecto factible, establecerán su aplicación en la realidad.
Uno de los muchos temas tratados sin el debido rigor en cuanto a su contenido y alcance es de la seguridad, y eso se evidencia en los resultados que aquí nos traen como país en especial atención al cumplimiento de las funciones del Estado como en el acorde ejercicio de ciudadanía, por lo que, para dejar aquí constancia de la relevancia del tema «seguridad » a la luz de la definición de Cabanellas, aportada en la entrega anterior, a saber: «aquello que se encuentra libre de peligro, exento de daño, a salvo, indudable, cierto, firme, de confianza, sin sospecha», consultemos al ciudadano común de ese asunto, por ejemplo:
– ¿Sabe usted que el Estado tiene como uno de sus tres fines esenciales crear y desarrollar todos los proyectos planes y programas para que toda la ciudadanía en lo individual y colectivo reciba todos los beneficios derivados de los bienes y servicios básicos para el mejoramiento permanente y progresivo de la calidad de vida como derecho innato a toda persona natural?
– ¿Que para el cumplimento efectivo de lo anterior el Estado tiene que apoyarse en la gente idóneamente formada y capacitada en el conocimiento teórico práctico como en la honradez y decencia como fundamento ético moral del ejercicio de la función pública?
– ¿Que el ciudadano se siente seguro al saber que la gente elegida y/o designada para el ejercicio de la función pública cumple con los estándares antes mencionados?
– ¿Que los bienes y servicios que el Estado debe desplegar hacia la ciudadanía no son dádivas que a modo de bagatelas de mala calidad e inservibles son arrojadas hacia la ciudadanía?
– ¿Que un país es desarrollado en función de la implementación del Estado de Derecho concebido en el marco del imperio de la ley?
– ¿Que un país deja constancia de su desarrollo en la medida que el ciudadano en lo individual y grupal rechaza y no permite que no se cumplan los aspectos que determinan su seguridad, conforme a los aspectos aquí señalados?
Ahora bien, debido a la importancia del asunto «seguridad» hay mucho más que sondear, por lo que sirvan las anteriores interrogantes como un examen de conocimiento en el aprovechamiento personal de cada quien y en definitiva respondernos que tanto sabemos de ese tema o si se trata de «pura teoría».