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Se nos va para no volver. Sí, el tiempo. Valioso y desperdiciado por dirigentes que aprietan el estómago de los venezolanos, de aquellos a los que llaman «guerreros del teclado» y les exigen por la misma red social «calma y cordura», al reclamar legítimos derechos, tildándolos de radicales y divisionistas por no aceptar la espera hasta el 2018.

Esos dirigentes no son capaces de medir el tiempo de los ciudadanos, pretendiendo exigir calma a la madre que no mandará a su muchacho a clases porque no tiene para su desayuno y es mejor que duerma hasta las 11 para que sólo haga dos de tres comidas; ya que la escasez y la crisis económica no les permite darle siquiera el desayuno a un joven en plena formación.

Le piden calma al padre que ha pasado toda la semana buscando la insulina para su niño que sufre de diabetes, -es la 5ta farmacia recorrida pero hay que tener «calma y cordura»-. A su vez, le piden calma a ese hombre de familia que no consigue la batería para su carro; único medio de trabajo, que le garantiza la entrada de dinero en su núcleo familiar, ese hombre que tiene una esposa que fue despedida. La mujer era funcionaria de impecable trayectoria en la administración pública y por pensar distinto, por plasmar su firma valientemente, la despojaron de su trabajo, pero ella también debe «esperar».

Le piden calma al  anciano que cobró su pensión, y al salir del banco lo robaron. Con ese dinero lo poco que podía hacer debe simplemente quedar descartado. En Venezuela, la inseguridad es dueña de las calles. Quien lo despojó de su dinero fue el joven que no pudo seguir asistiendo a clases, ya no hay nada que comer en su hogar y ha decidido obtener «dinero fácil». Las oportunidades para los jóvenes venezolanos en el país se han cerrado por completo.

Todos ellos pusieron su confianza en el 6D, confiaron a ciegas, y aunque determinado grupo de ciudadanos cuestionaron a los dirigentes en algunos estados, no les quedó de otra que silenciar su voz y direccionar el esfuerzo a una plataforma que tiene como único fin el cambio del régimen cuanto antes, pero una vez más ellos deben esperar y tener «calma y cordura».

Como cualquier paciente que padece de cáncer, lo que se desea es erradicar la enfermedad. En éste caso, el cáncer socialista que ha descompensado por 18 años la vida de nuestro país. Frente a esa situación, los venezolanos el pasado 6d nos armamos de fuerza y descubrimos la cura contra la terrible enfermedad que destruye nuestro país y avanzamos en su eliminación, pero parece que éste 2016, cuando finalmente estábamos por erradicarlo, logró estabilizarse, pues el médico pasó por alto algunas características de este tipo de cáncer. Él siempre busca la estabilidad, engaña con facilidad, el arte de la mentira es su don, necesita bombonas de oxígeno para poder superar momentos de mayor debilidad, jamás rectifica, no se frena ante sus decisiones y el mínimo error de nuestra parte le ha dado la oportunidad de ganar terreno.

Ese error ha sido de algunos dirigentes que se han sentado a espaldas del país, violando sin medir consecuencias la confianza que el venezolano ha puesto en su poder. Quiero dejar claro que el resultado de ese diálogo que traerá consigo retroceder en conquistas ciudadanas y un alto costo político, ésta vez no será compartido. Si bien es cierto que hemos sido muchos los que trabajamos por mantener la Unidad, no seremos quienes paguen el error de unos pocos que tienen la ambición de no ceder sus parcelas políticas y negociar algunas gobernaciones, dejando atrás el referendo revocatorio 2016; un derecho innegociable.

Quiero que quede claro, la responsabilidad es únicamente de 3 partidos que están allí sentados hablando sobre «su realidad» e ignorando la de millones.

Nuestro país necesita de nosotros, por supuesto que es necesaria una Unidad, pero una real, capaz de aceptar autocríticas, capaz de rectificar ante los errores y por sobre todas las cosas, una que no tenga la capacidad de engañarnos.

Nuestro carácter crítico es innegociable, no cederemos, ni negociaremos lo que obviamente los ciudadanos están negados a entregar, sus derechos. No jugaremos con ustedes, no crearemos falsas expectativas, así como tampoco engañaremos descaradamente mostrando «resultados» que no resuelven nada. ¿Referendo revocatorio en 2017? No, no sacaremos al dictador para dejar a la dictadura. ¿2018, dos mil nunca? Hemos sido claros, no vamos a descansar hasta sacarlos del poder para lograr reconstruir nuestro país, pero con política seria. Y Sí, a veces hay que hablar con el corazón, porque aquellos que se sientan y dicen pensar con el «cerebro» han entregado el país. Claro y raspa’o, no vamos a jugar con los ciudadanos. ¡Basta YA!

@carloslazcano97