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¿Cómo? Sí, la temporada de mangos está llegando a su fin. En otros tiempos esta información no hubiese causado nerviosismo ni mucho menos preocupación, no obstante en este momento de nuestra historia es una noticia devastadora.

Son miles los hogares venezolanos que solucionan comiendo mangos, porque la inflación y la escasez de alimentos es increíble.

El fin de los mangos, es el fin de una forma de sobrellevar el hambre y la necesidad de millones de hombres y mujeres de nuestra amada nación.

La carencia de los mangos preocupa al padre de familia que resolvía con esta fruta para darle lo poco que puede comprar o conseguir a sus hijos… ¿Y ahora qué?

Somos la única nación petrolera del mundo que se encuentra en este estado de miseria y hambre colectiva. Somos la única nación Latinoamericana que se hundió en la desventura y la desesperanza.

Y lo más triste de todo es que una camarilla de bribones malgastó, dilapidó y se llevó miles de millones de dólares.

Lo más lamentable es que somos un país con muchas posibilidades y pocas realidades. Somos una nación con un potencial gigantesco y sumido en el desdén y el desgobierno.

Ver como los anaqueles se encuentran huérfanos de comida, y pensar que el régimen persiguió y arruinó a nuestros productores del cambio, causa algo más que molestia e indignación.

Recordar como los representantes de este sistema hambreador y corruptor chantajeaban a los pequeños productores del campo para la entrega de apoyo para el incentivo de la productividad, genera rabia y frustración.

Y todo esto fue allanando el camino hacia la hambruna que estamos atravesando en la actualidad. La destrucción del aparato productivo, el hostigamiento a inversores y emprendedores, el acoso a los trabajadores de la industria agropecuaria del país. Todo fue parte de un plan estructurado y materializado por los autores del llamado “socialismo del siglo XXI”.

Desde Miraflores prefirieron la economía de puertos que al desarrollo de nuestras capacidades de producción interna. Pensaron que el dinero del petróleo iba a ser eterno y hoy vemos las consecuencias.

Venezuela se encuentra postrada por el hambre, por los golpes del régimen, por el totalitarismo hegemonizado que se instauró hace 17 años.  Pero, soy un firme convencido, que la dignidad de los ciudadanos de nuestra nación se erigirá y con la cabeza en alto logrará el cometido de la edificación de un nuevo país.

Sí, estimado amigo, se agotan los mangos, no obstante a la par están floreciendo los árboles de la esperanza y están dando los frutos los esfuerzos cívicos.

Más temprano que tarde materializaremos la Venezuela de libertad y desarrollo que necesitamos como sociedad.

El hambre del cuerpo será satisfecha y aún más importante el hambre de progreso será saciedad en esa nación de paz, prosperidad y porvenir que lograremos a raíz de la salida del régimen de Maduro.

¡Así de claro! ¡Así de sencillo!

@wcaballerolopez