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Jurado el Presidente de la República, el presidente de la AN sale de la línea de sustitución

Dando por ciertas las declaraciones de los voceros más destacados del Gobierno, vale decir, que el presidente Chávez llegó a Venezuela para continuar su tratamiento en el Hospital Militar, hecho que sólo conocemos los venezolanos de manera referencial pues nada se aportó más que sus dichos. Dando por cierta la sostenida y reiterada supuesta capacidad plena del Presidente para continuar dirigiendo los destinos del país, hecho que de igual manera sólo conocemos por boca de los mismos voceros, dando también por cierto que sostuvo una reunión con Evo en el centro hospitalario, conforme lo dijeron esas mismas personas, dando por ciertas todas estas afirmaciones verbales de los integrantes del Gobierno Nacional, entonces, ¿por qué se molestan tanto cuando muchos sólo pedimos que sea juramentado ya, como manda la Constitución?

Para intentar buscarle algún sustento legal al diferimiento del juramento, algunos de sus opinadores y anclas televisivas recurren al permiso otorgado por la Asamblea Nacional, en el anterior período presidencial para ausentarse del país, a fin de tratarse su enfermedad en Cuba, como si ese permiso aún estuviese vigente. Uno espera que esta errada defensa la hayan realizado más por ignorancia jurídica de quienes la han expuesto, que por considerarnos ignorantes a todos los venezolanos.

El permiso dado por la Asamblea Nacional fue para ausentarse por más de cinco días del país. Ergo, al regresar a nuestro territorio, el permiso cesó, venció, caducó, se terminó.

Si lo que hubiera aprobado la AN (como correspondía) hubiese sido una declaratoria de falta temporal para que el Presidente se apartase del cargo mientras durara el restablecimiento pleno de su salud, entonces, aun cuando hubiera regresado a Venezuela a continuar su tratamiento, estaría vigente esa falta temporal hasta que se cumplieran los 90 días constitucionales (aplicando la continuidad administrativa sentenciada por el TSJ, estando en desacuerdo con ese criterio, pero acatándolo).

Como cuando mucho se inventa, mucho se yerra, los opinadores del chavismo han caído en esta brutal contradicción, tratando de darle a unpermiso para ausentarse del país los mismos efectos de una declaratoria de falta temporal y, en consecuencia, argumentar que no debe ser juramentado todavía. El permiso para salir de Venezuela terminó al reingresar al país. La falta temporal hubiera estado vigente y tendrían razón, pero ésta nunca fue acordada, no existió por la negativa del propio oficialismo.

La propia presidenta del Tribunal Supremo, al conocer la noticia del arribo del Presidente al territorio nacional, se adelantó a expresar que estaban listos para tomarle el juramento e incluso señaló que, de ser necesario, podían hacerlo en acto privado. Estaba claro para ella que el permiso para ausentarse del país -que sirvió de fundamento a la declaratoria de la continuidad administrativa sentenciada el 9 de enero que les permitió defender la tesis del diferimiento del juramento- había cesado. Estaba claro para ella que, una vez el Presidente llegara, debía tomar juramento. ¿Por qué los opinadores oficialistas no cargaron sus verbos en contra de la magistrada, quien fue quien puso de nuevo sobre el tapete en la opinión pública el tema del juramento?

Ella sabe que algo falta para que se complete la interpretación que le dieron a las normas constitucionales: el juramento. ¿Son entonces también inhumanos todos los magistrados que están dispuestos a constituirse en el Hospital Militar para llevar a cabo el acto de juramentación? Todos los opinadores gubernamentales tienen varios días calificándonos de inhumanos a todos quienes hemos pedido que se proceda a juramentar al Presidente para terminar con estos más de dos meses de incertidumbre y de incumplimiento de las normas constitucionales.

Al momento de escribir estas líneas el juramento aún no se ha dado. Quizás para la fecha de publicación, ya hayan hecho caso a la magistrada Morales y el Presidente haya sido juramentado.

Jurado el Presidente, se producirá un efecto interesante en la posible sucesión presidencial. El presidente de la Asamblea Nacional sale de la línea de sustitución, en caso de que se produjese una falta temporal o absoluta del cargo. Si la falta se produce, v.g., por renuncia del presidente Chávez para continuar su tratamiento, asume la presidencia el vicepresidente Maduro y debe convocarse a un nuevo proceso electoral presidencial. En ese cargo y ungido como candidato del chavismo, no tendrá que separase del mismo, por aspirar a ocupar electoralmente el mismo cargo que ejercería. Cabello no ocuparía por esos 30 días la Presidencia de la República. (El Universal)